Ya empezó el año, volviste de las vacaciones y tenés la cabeza revolucionada. Querés dejar tu trabajo, querés dedicarte a vivir de tus pasiones, querés viajar por el mundo.
¡Puede ser que éste sea tu año!
O puede ser que sea igual al año pasado y que el año que viene te vuelva a pasar lo mismo. ¿Qué pasa durante el año que no te permite cumplir tus metas?
Estas pueden ser las posibles causas: sueños sin objetivos, metas inalcanzables y falta de confianza en uno mismo.
Sueños sin objetivos
Soñar es necesario y nos permite volar sobre la visión de lo que nos gustaría ser o tener. Pero los sueños tienen que bajarse a tierra para poder alcanzarlos. Ahí entra nuestra parte lógica que nos va a ayudar a acotar los sueños y empezar a entrever los pasos que necesitamos para realizarlos.
Podemos estar todo el año soñando en hacer algo y puede ser muy frustrante no conseguirlo, simplemente porque pasamos todo el tiempo en una nube, sin actuar.
Puede ser que soñemos pero no tengamos para nada claro qué camino seguir. Puede ser que imaginemos cómo queremos que sea nuestra vida pero no lo veamos de forma concreta. En estos casos tenemos que dividir «el sueño» en partes más pequeñas que sean más tangibles, más claras para nuestra mente.
Metas inalcanzables
No está para nada mal ser ambicioso. De hecho, la ambición hasta puede ser el motor que nos permita alcanzar nuestros objetivos. Lo inalcanzable se refiere a pretender llegar al último piso de un edificio, sin haber tomado el ascensor o las escaleras para lograrlo.
Para llegar a la cima, primero hay que llegar al primer piso. Desde allí podremos llegar al segundo y así sucesivamente. A pesar de que esta explicación pueda parecer obvia, no todo el mundo la tiene asimilada. Algunos quieren llegar a la cima sin haber hecho escalas.
En la sociedad en que vivimos estamos acostumbrados a querer los resultados rápidos, de un momento para el otro. Calmamos nuestras dolencias con una píldora, recibimos una pizza en nuestra casa con solo pedirla por teléfono, viajamos miles de kilómetros en muy pocas horas, etc. Conocemos personas exitosas y pretendemos lograr los mismos resultados que ellos en poco tiempo. Queremos el camino fácil, rápido y barato. Algunos sabemos que esto no es posible y que hay que moverse y actuar porque las cosas no llegan solas.
Entonces, ¿qué nos impide dar el primer paso para cumplir nuestros objetivos?
A veces el camino simplemente no está marcado y señalizado sino que lo hacemos al andar. Puede ser una frase un tanto trillada pero es cierto y a muchos les pasa: se mueven solamente cuando tienen claro exactamente para dónde ir o qué camino transitar. Esto no siempre es así. A veces, al menos por etapas, hay que caminar con los ojos vendados hasta encontrar el camino; nunca debemos dejar de de avanzar.
Metas no medibles
Otra forma de asegurarte que nunca vas a alcanzar tus metas es definirlas vagamente, por ejemplo: este año quiero hacer más ejercicio, quiero aprender cosas nuevas, quiero comenzar un negocio. No es posible medir las intenciones por lo que será difícil saber si llegamos a cumplirlas o no. En vez de «quiero hacer más ejercicio», sería más adecuado algo como «para el mes de agosto quiero correr un maratón de 10k». Esta meta requerirá una preparación previa, y tiene una fecha y un alcance explícito que nos permitirá medir si la cumplimos o no.
Las metas muy ambiciosas pueden funcionar
Una vez hablé con un emprendedor que me dijo que lo mejor es ponerse metas muy ambiciosas. Su razonamiento era así: si me propongo correr un maratón de 42k para fin de año (aplica para personas con poco entrenamiento físico) pueden suceder dos cosas, que lleguemos a cumplirlo o bien que logremos a correr un buen promedio de distancia. Con que lleguemos a correr uno de 21k ya será mucho más que si el propósito hubiese sido correr 10k. Quizá hasta con un objetivo de 10k ni siquiera lo hubiese logrado. A él no le molestaba no haber cumplido su objetivo sino que valoraba por sobre todo los logros obtenidos.
Falta de confianza en uno mismo
Lo mejor en este caso es comenzar por algo pequeño. Puede ser que tengas poca confianza de alcanzar un objetivo ambicioso, pero al menos tenés que arrancar. Si te quedas en la postura de «esto es imposible» o «no tengo la capacidad para hacerlo» y ni siquiera accionás, ahí mismo te vas a quedar, no te vas a mover ni un centímetro en la dirección de tus metas y sueños.
Construir la confianza puede ser un proceso largo, pero empieza con un primer paso que tiene que ser a conciencia y además tiene que ser medible. Es necesario que sea medible para que podamos establecer cuándo llegamos y poder reconocer este logro debidamente por más pequeño que sea. Tendríamos que tener un objetivo anual, mensual, otro semanal y hasta en algunos casos otro diario. De esta forma podemos contabilizar más fácilmente cada logro. Sino nunca vamos a registrar lo que hicimos y no hay forma de que se transforme en un logro. Vamos a tener la vista en todo lo que nos falta y no en lo que fuimos capaces de hacer.
Parálisis por miedo
El miedo es la interpretación que tenemos de nuestros recursos respecto a una amenaza para una situación puntual. Por lo tanto tenemos que hacer crecer nuestros recursos para poder afrontar la amenaza, que en este caso sería la misma meta. O aumentamos nuestros recursos o reducimos el alcance de la meta hasta que creamos que la podemos realizar. No actuar y quedarte en la queja no te va a llevar a ningún lado, por eso hay que pasar de la queja a la acción.
¿Qué esperas para actuar?
Para cumplir los objetivos de este año, te propongo que comiences por estos simples pasos:
- Escribe tus sueños: el mero hecho de escribirlos te ayudará a tangibilizarlos.
- Transforma tus sueños en metas medibles: no descartes sueños, pero acota el alcance a algo medible.
- Monitorea y ajusta: Esto lo tenés que establecer como una tarea o compromiso al que no podes faltar. Puede ser hasta una vez por mes pero lo tenés que hacer para evaluar cómo fue tu mes. ¿Qué tanto hiciste de todo lo que te propusiste? ¿Te sigue interesando realizarlo? ¿Te sirve el estándar de exigencia que estás utilizando para fijarte metas?
- ¡Dá el primer paso!: que tus sueños queden en un papel o cuaderno no sirve de mucho. Empieza esta misma semana y dá el primer paso. No esperes a que sea el momento perfecto, nunca llega. Está en vos moverte y si mantenés la energía positiva el momento perfecto lo vas a crear vos!
Interesante, la verdad que estamos en marzo y casi me he olvidado de los míos!
Viste! el tiempo se pasa volando y más cuando nos cargamos de actividades que algunas veces desdibujan nuestras metas. Felicitaciones por tu blog, una prosa interesante para leer 😉