No sé qué hacer con mi vida…
¡Otra vez con lo mismo! Hasta ayer estabas con una confianza que te llevabas todo por delante. Íbamos a conquistar el mundo más o menos. Y ahora estás otra vez pinchado, como perdido y ansioso por no saber qué hacer con tu vida.
Si ya sé, me revienta estar así te digo…, obvio que me gusta estar bien y con más energía. Es otra vez el tema de la guita, se me están acabando los ahorros y estoy casi que no puedo cubrir los gastos, ya sabés. Voy a tener que conseguir un laburo fijo por un tiempo.
Pero si habíamos quedado en emprender, en hacer algo que nos apasione, en vivir de esa pasión. Sí, seguro que lleva tiempo, pero hay que meterle trabajo y dedicación. No va a salir de un momento al otro. ¡Tenemos que meterle con todo a esto para que salga adelante!
Ya sabes lo que pasa cuando me cebo como vos. Me cuesta dormir y me despierto a la noche por la ansiedad. Además me desconecto de todo el mundo. Chau familia, amigos y pareja. Por más que no esté con la pc, mi cabeza está a mil por hora. Algunas veces tengo la sensación que si te sigo voy a poder con todo, pero después caigo en que el apoyo afectivo es mi cable a tierra y no lo quiero perder. Hoy me siento tan sobrecargado de cosas que no se cómo voy a hacer.
En primer lugar nunca te dije que rompas tus vínculos, hay que buscarle la vuelta. Sabes además que no te está sobrando laburo y la sobrecarga es porque perdés tiempo cuestionando cosas que te sacan energía y no te dejan avanzar.
No es que pierda el tiempo…, es que no se si quiero seguir así, con tanta incertidumbre. Quiero saber cuándo y cuánta guita voy a ganar mes a mes. Hoy ni se cuánto voy a ganar ni cuándo voy a cobrar. Quiero ahorrar, planificar mis viajes y si se me canta patinarme la guita en una salida con amigos. No quiero estar con tanto cuidado en qué gasto, en qué no, y estar contando día a día la plata que tengo a ver si llego a fin de mes.
¡Es que no podes tener garantías en todo!, ¡Si yo no te hubiese cuestionado lo de seguir en ese trabajo, nunca hubieras renunciado! Y sabes muy bien que hubo muchos beneficios. Aprendiste muchas cosas nuevas, te abriste a conocer a otras personas y empezaste nuevos proyectos. Por primera vez te tuviste que hacer valer por vos mismo, sin que te apañe una empresa. ¡Saliste de esa burbuja!
Ok puede ser…, pero pasaron varios meses, ya tendría que tener algo en funcionamiento. Los laburos esporádicos no garpan, quiero estabilidad pero no quiero trabajar para otro.
Sí, lo sé, pero los trabajos freelance vinieron bien para aprender varias cosas que no sabías. Ya sé que la idea no es trabajar para otro, que queremos tener algo propio. Lo de «tendría que tener algo en funcionamiento» es lo que te dicen los demás. ¡No dejes que el resto te contagie sus miedos!
Bueno pero es una realidad que no me quedan ahorros casi…, y no quiero pedirle plata prestada a nadie si ni siquiera sé cómo se la voy a devolver.
Creo que meterte en un trabajo fijo de nuevo es como volver un paso atrás de este camino que empezamos, es como un fracaso.
¡¿Podes cortar un segundo con esa exigencia de mierda?! ¿De qué te sirve pensar así? ¿no ves que necesito unos meses de descanso al menos? Todo bien con querer emprender pero cuál es la necesidad de pasarla tan mal. Tengo esta sensación de incomodidad desde el primer día que dejé de tener garantías, cuando renuncié. Fueron muchos años con ese esquema mental, de recibir la platita a fin de mes. Quizá me lleve más tiempo para romper esa estructura, si es que lo logro. Además, no creo que sea dar un paso atrás porque ya tengo más en claro adónde quiero ir, el trabajo fijo sería como un medio para.
Pero si empezaste diciendo que no sabías qué hacer con tu vida ¿qué es lo que tenés más en claro?
Mmmm, lo que quiero decir es…
Yo pienso que si volvés a un trabajo fijo, esta búsqueda se va a cortar. Nunca te faltó nada, eso es lo que pasa. No estás acostumbrado a que te falte algo. Si no inventamos algo ahora, ¡¿cuándo lo vamos a hacer entonces?!
Te acabo de decir, no creo que esto de conseguirme un trabajo estable sea volver atrás. No hay forma de retroceder en el tiempo al momento antes de renunciar. Va a ser otro ambiente, otros desafíos, otras personas. No sería para siempre, sino solo por un tiempo.
A ver, pensá conmigo. ¿Qué es lo peor que puede pasar si no conseguís un trabajo ahora?
¡Me quedo sin un peso! No voy a poder tomarme ni un colectivo, no quiero llegar a esa instancia.
Ok, no tenés plata ¿no le podés pedir a alguien?
Sabes que no me gusta. Quizá sea por orgullo no lo sé…, más bien creo que es porque no sé cómo se lo voy a devolver a quien le pida. Cuando pedí plata fue porque sabía que la podía devolver y de hecho lo hice apenas tuve la posibilidad. No me gusta estar en deuda con otros. Sí, es un orgullo de mierda, pero así lo siento.
Mirá, si te doy la razón te vas a quedar tirado en el sillón y no vamos a llegar a ninguna parte. Ya lo hablamos hace un tiempo, no hay que quedarse quieto, hay que seguir avanzando. Ya estás en la mitad del río ¿vas a pegar vuelta atrás?
No sé, te digo que no sé. Me gustaría seguir pero…, tengo una miedo bárbaro. Ya sabés como es esto, una montaña rusa. Un día bien y otro mal, con mil dudas de para dónde ir.
Bueno ¡basta! relaja un poco. Salí afuera a hacer un poco de ejercicio que te va a venir bien para renovar la energía. Mañana ya vamos a estar con pilas nuevamente. Somos parte de una misma persona y si no nos ponemos de acuerdo estamos fritos.
—
Los diálogos internos son crudos algunas veces. Nuestra mente va y viene de un lugar a otro, volviendo a pasar por los mismos lugares de forma recurrente. Mantener un balance es fundamental, pero en algún momento gana una parte nuestra. Por un lado está la parte valiente, la que tiene la determinación, la energía de hacer. Y por otro lado está la parte miedosa, la que pone excusas para avanzar. Es también la parte que puede advertirnos de ciertos peligros y está bien prestar oído.
Genial Gaby! Me reí y me sentí identificada en varias cosas!
Pilas que se puede, pero es verdad que hay que motivarse todo el tiempo para no perder el camino 🙂
Besos!
Cony
Gracias Cony, sí totalmente que se puede, solo que hay días en que la cabeza tiene más barullo que otros jeje. Pero sí, hay que ponerle ganas a diario 😉