Siempre me pregunté cómo sería viajar con mi notebook y trabajar al mismo tiempo. Luego de tantos años de tener esta inquietud me animé a hacer una prueba piloto. La llamo prueba piloto porque solamente viajé un mes y medio, pero a pesar del poco tiempo, esta experiencia me sirvió como aprendizaje para futuro.
La preparación
Teniendo en cuenta que mi principal herramienta de trabajo es una notebook, es esencial contar con un resguardo de información en caso que surja algún inconveniente como perdida o robo. Lo mínimo que se debe hacer es una copia de la información importante y de trabajo en un espacio virtual en internet. Existen varias alternativas, pero en mi caso utilizo Google Drive y Dropbox para guardar la mayor parte de los documentos. Siendo que mi trabajo es programación web, también almaceno en la nube el código de mis aplicaciones.
Como última alternativa hice copias en un disco externo antes de salir de casa. El disco no lo llevé conmigo, por lo que hubiese sido el recurso menos útil del mundo, pero me dejó tranquilo de tener un plan Z además de las otras posibilidades.
Conexión a internet
Fue la principal barrera con la que me encontré en todo el viaje. Lo difícil no fue conseguir wifi sino que la conexión sea buena. En algunos lugares de casualidad alcanzaba para enviar algunos mensajes por whatsapp, y para cargar una página en un navegador necesitaba varios segundos y algunas veces hasta era imposible. Desde ya que las posibilidades de conexión y velocidad dependen del país donde uno vaya (yo viajé por Bolivia y Perú).
Un espacio de trabajo cómodo
Encontrar un espacio de trabajo cómodo es fundamental. Si tenés que estar varias horas frente a una computadora no vas a poder hacerlo desde una reposera. Desde ya que podés ir mezclando alternativas para no aburrirte, pero dependerá mucho del lugar donde te hospedes. En mi caso siempre me alojé en hostels y en la mayoría no es sencillo encontrar un espacio cómodo para trabajar y que tenga buena conexión a internet. Para mi próximo viaje voy a tener en cuenta el consejo de Fede de alquilar un departamento.
Al momento de elegir un alojamiento recomiendo tener en cuenta:
- Que disponga de un espacio en común con algunas mesas y sillas para sentarse tranquilo (dos mesitas de café en el hall de entrada por donde pasan todas las personas no es suficiente).
- Que no sea un lugar de fiesta continua. Hay hostels que tienen esta fama y habría que evitarlos (sino puede surgir la tentación y al día siguiente nos despierta Magoya 😛 ).
- Que tenga buena conexión a internet. En la mayoría de los lugares te dicen que tienen conexión a internet pero nunca te van a decir qué tan buena es la señal hasta lo pruebes por tus propios medios.
En los lugares por los que me moví no encontré ningún espacio de coworking, pero si vas a una ciudad es otra posibilidad más para tener en cuenta. Pueden utilizar estos dos buscadores para chequear si existen oficinas de este tipo en el destino que elijas: DeskSurfing y NomadList.
Encontrar el balance
La idea de trabajar mientras viajamos no es estar metido con la computadora todo el día, sino también hacerse el espacio para disfrutar del viaje. Como mi trabajo es por proyectos no tengo que cumplir un horario específico, por lo que no existen los fin de semanas para mi. Por eso está bueno mezclar algunos días de trabajo con algunos de ocio o para salir a pasear.
Reducir la vorágine viajera
En la mayoría de los viajes que hice siempre me quedé muy pocos días en cada lugar. Pero al estar trabajando hay que reducir un poco el movimiento ya que consume bastante energía y puede perjudicar nuestra concentración. Algunas veces además surgen reuniones con los clientes y es necesario estar conectados para responder.
Trabajar sin notebook – alternativas
Existen otras alternativas además de trabajar con una pc. Yo no practiqué ninguna de las que voy a mencionar, pero sí conocí a personas que lo hacen y les alcanza para solventar las necesidades básicas de alojamiento y comida. Los casos que me crucé fueron:
- Venta ambulante de comida: se trata simplemente de preparar algún tipo de comida para vender en la calle. Conocí a unas chicas que vendían sandwiches vegetarianos (muy ricos de hecho) y otra persona que vendía trufas.
- Repartir volantes.
- Atraer clientes para un restaurant, una disco o una agencia de viajes. En algunos casos ofrecen un precio fijo y en otros es por comisión, es decir, depende de la cantidad de personas que efectivamente realicen una compra. En Perú conocí a una mujer que hacía este trabajo durante 3 horas y ganaba 30 soles, algo así como U$9. En Perú le dicen jaladores, porque «jalan» a las personas hacia el comercio.
- Trabajar en un hostel, bar o restaurant: puede ser como recepcionista, ayudar en la limpieza, mozo, etc.
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Todavía me queda mucho por aprender sobre ser freelancer y parte de este aprendizaje lo fui haciendo con esta experiencia viajera. Es bueno saber que sí se puede hacer.
Si te tenés algún consejo más te invito a compartirlo en los comentarios 🙂 .
Hola! Buena experiencia y piloto para el próximo viaje!!!
Besos!
Cony